Se inicia con la batalla de Guadalete en el año 711, en la que los musulmanes derrotaron al último rey visigodo, don Rodrigo. En poco tiempo se extendieron por toda la península, excepto en el norte de España. Los musulmanes fundan en la península el al-Ándalus, con capital en Córdoba. Los musulmanes a partir de ahora pasaron a denominarse andalusíes. Este nuevo emirato era dependiente del califato de Damasco. En el año 756, son asesinados el califa de Damasco y su familia. Solo sobrevive Abderramán I, que parte hacia el al-Ándalus. Una vez allí se proclama emir independiente. En el 929 Abderramán II, decide independizarse totalmente de Damasco y se proclama califa de Córdoba. En el año 1031, al-Ándalus se fragmentó en reino de taifas, debido a las luchas internas dentro del califato. Cabe destacar durante esta época de taifas, el reino de Murcia, liderado por Ibn Mardanis, apodado "el rey Lobo".

Los musulmanes desarrollaron una brillante civilización que transmitió a Europa conocimientos médicos, matemáticos y filosóficos. Durante el al-Ándalus prosperaron la agricultura de regadío, el comercio las actividades artesanales, como la cerámica, los tejidos de seda y el algodón. En el al-Ándalus la vida se desarrolla más en las ciudades que en los reinos cristianos.